domingo, 7 de abril de 2024

mi dolor se hace carne

Veintidós días, veintiún noches y dos muertes

cuerpos abrazados diciendo adiós

lágrimas que riegan las calles recorridas en su compañía

el gato me lame la tristeza y me acaricia los sueños

la perra me ladra para que despierte de la fantasía

mi cuerpo se enferma para sentir que estoy viva

no, no estás más

mis manos buscan tu cabello para acariciarlo

no, no estás más

mis labios quieren posarse en tu boca

no, no estás más

mi dolor se hace carne

mi amor se hace dolor

cuerpos amontonados como en fosas comunes

irreconocibles en el tiempo

los recuerdos son fantasmas que me atormentan

no los puedo botar, no los puedo callar

te has ido, me he ido, ya no estamos aquí

soy un recipiente aguardando por tu sangre

sangre que coloreó paraísos imaginarios

¿Quién soy yo sin ser parte de ti?

¿Quién eres tú sin ser parte de mi?



sábado, 30 de marzo de 2024

Permanecer

El viento frío que hela las rodillas, sus manos abrigadas en los bolsillos de su chaqueta, se mueve al compás de su velocidad. Explorar con la vista la ciudad, las luces, los perros acurrucados, las casas en diferentes condiciones. Coloca su mano en su rodilla de ella y parece que la luna empieza a llenarse.

Mi intención siempre ha sido descongelar mi corazón, volverlo de piedra para algunos y de masmelo de agar-agar para otros, le repite mirándole a los ojos.  Buscan un par de tés piteados y esperan que los minutos pasen, ¿existe otra posibilidad de estar sin la imperiosa necesidad de desnudarse el cuerpo y entregarse?

Coge sus manos y le acaricia las mejillas, le pide que no le muerda tan duro el rostro. Juega con su cabello y le explica sobre sus deseos de formar nidos, de ser aves, de moverse en manadas. Mira el cielo, le pide que no exija más respuestas, que no pretenda algo que él no ha verbalizado. 

Se acercan las manos, los cuerpos y el abrazo es una despedida  de la noche que se llena de neblina, de la noche que se queda con la incertidumbre, de los amantes cuyos corazones han sido expuestos. Enciende y espera que el motor se caliente y da marcha a su morada. 

Las paredes vierten la tibieza para arrullarle; ¿Qué espero yo, qué doy a cambio? Tiempo. Tiempo para acogerte en la rutina, para despojarte de las frazadas por las mañanas, para cocinarnos a fuego lento, a fuego intenso no solo de la cocina sino también del deseo de vivir y acompañarnos en la monotonía. Se escucha su voz en un soliloquio, mientras se mira al espejo y da el último sorbo al mate de Flor de Jamaica. Apaga la luz y una sonrisa se define en su rostro.

Prende el celular, la alarma le avisa que es el último día del acuerdo. Sesenta días para conocerse y decidir el siguiente paso. El sol llena la habitación, abre las cortinas porque detesta que este sin luz, recuerda lo que le dijo la tercera noche que decidió quedarse algunas horas; "yo soy fotofóbica, no me gusta tanto la luz, a menos que sea necesaria". Se lava el rostro, sus cabellos, evoca las noches, las horas, las risas, los cuerpos desnudos habitándose. Los amantes podrían permanecer en el sendero de los días venideros. 




sábado, 23 de marzo de 2024

Quererte es quererme

Cómo te digo que he caído en tu telaraña, distraída iba por la vía, acompañado del humo de la noche psicodélica, psicótica y caótica. Posaste tus manos en mis manos, tus pupilas en las mías, tus aliento en mi aliento. 

Me pregunto si hoy día me dirás para escalar la noche estrellada y contar las fugaces. Dejo que tu decidas porque si es por mi, esta misma noche me escapo a tus aposentos y si la noche y la muerte esta de mi lado me entierro en tu destino y me caigo en tu lecho.

Cuál es la medida del tiempo si es que no se activa a tu encuentro. Cuerpo obsoleto, vagabundo y desierto, necesito de tu agua para florecer, necesito de tu viento para crecer, necesito de tu fuego para expandirme. Tanto lamento sin sentido, dejando mis días a la monotonía de los desencuentros. Es la Mamapacha o son los Apus los que propiciaron este encuentro, entre dos corazones de piedra. 

Me repito, respira con calma y medita sobre tus próximos encuentros. Me repito, ve con calma y al son de los bajos funks o los blueses, tu cuerpo descansará entrelazado en el suyo.

Cojo tu cabello, cierro los ojos y aspiro tu olor, cierro los ojos y me siento en las nubes, es tu cabeza de agar-agar que me hace descansar, es tu corazón tibio y ardiente que me hace encender la imaginación. 

El sueño se recupera y repercute en los demás días, quiero dormir y soñar a tu lado, quiero soñar y dormir a tu lado, quiero encontrar mi lugar en tu cuerpo, quiero cantar en tu voz, quiero apretarte y entrar a tu ser, quiero quererte como quieres. 

martes, 19 de marzo de 2024

Esternón azul

 El esternón que se aprieta a tu imagen

¿qué es lo que estoy sintiendo?

es un dolor tenue ¿es emoción?

respiro y no me siento asustada sino encantada

 

Llegas con tu sonrisa 

acaricio tus manos, tus cabellos

y me imagino todos los apodos cariñosos 

te nombraría como mi algodón de agar-agar 

 

Te pido un té con caña y me complaces

sorbo a sorbo me trago tu boca

te aprieto las mejillas y las sacudo

te ríes y ya soy feliz

 


 




miércoles, 6 de marzo de 2024

La noche del fuego que encendío el carnaval

Un taper con galletas de vainilla cubiertas de chía es compartida entre los amigos, leales y fieles a las causas justas del espíritu. Risas avivadas por el fuego contenido en la moderna estufa. Lo que me partió el corazón fue cuando todas las niñas, humilladas y agredidas por el patán de la clase, abrazaron a su madre, tratando de secarles las lágrimas y consolarla, no es tu culpa tener un hijo que te haga sufrir, no es tu culpa derramar lágrimas al darle tres chicotazos después de escuchar los testimonios de todas -mientras lloraban- no es tu culpa ser madre de ese niño dolido. Perdón les pidió a las niñas mujeres que humilló, abrazó y se puso a sollozar en el regazo de su madre ante el ajusticiamiento merecido. 

A mi me gustaba imitar las voces de los auxiliares, expresó, mientras  esperaba que termináramos de comer. Llego el imitado, retando a todos a conocer quién era el gracioso que hacía eso, todos en silencio. -ah, no van a decirme entonces se quedarán haciendo lagartijas hasta las tres de la tarde. En silencio y con la consigna de que "yo no soy soplón, antes muerto que soplón". Claro, antes la gente sabía de lealtad, del fuente ovejuna, de ser lo que sea menos un traidor y desleal. 

Entre risas y risas, ella comentó; "yo tengo la concha de piedra", no dejaron de reír hasta curarse el alma. El pelirojo antes de partir le dijo al oído; "no vemos, ave", "dama de la concha de piedra". El dibujo  lo dejó para ti, tu que eres la Reyna del Apu Tirhuaylla. 

El recreador de mundos, el artista plástico, le ofreció compartir la planta, dieron una vuelta, se sentaron cerca a la pareja de piedra, cuyo instante retratado es un paso de carnaval, es un paso de lucha de resistencia, la batalla será espiritual. Un par de caladas y le mostró el abismo que retrató, sí, parce, tuve que agarrarme del árbol de la vida para no caerme en ese abismo, vi las nubes haciendo sombra, vi la lluvia cayendo por todo el valle. Ese valle que grita libertad, ese valle que contiene deseos de justicia, ese valle que se llevó como ofrenda seis vidas. Se miraron a los ojos y se dijeron hasta la próxima vez en la que podamos caminar de noche, en la que podamos acampar con el permiso de la Pachamama.

La noche es musa, la noche se hizo eterna entre el baile desenfrenado que despertó lujuria entre los presentes, que invitó al carnaval de sangre. En eso encontró un encendedor amarillo. Se dijo, tengo con qué encender el fuego. Y en un chasquido, se hizo el alba y el sueño la transportó al sueño del sueño de su madre. Libertad para las mujeres, libertad para las Diosas, creadoras de vida.