yo no quería un poeta maldito
yo quería un hombre bendito
piel que entiende, enciende
desde los tobillos hasta la clavícula
ojos profundos, mirada fulgurante
que recorre cuerpo, canto y alba
desde la vigilia hasta la nocturnidad
que aceleran el latir, vivir, rugir
yo no quería un hombre maldito
yo quería un poeta bendito
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