martes, 21 de enero de 2025

Para seguir el camino del olvido

Decidí ver una entrevista a una de tus exposiciones, apareces como siempre protegiéndote. Autoabrazo, sí, las discusiones  sobre los vínculos y la posibilidad de  vincularnos que terminaban con la sentencia; "Solo te necesitas a ti y a nadie más, es lo único que tienes que recordar, trabajar todo el tiempo en tus asuntos".

Te vi, escuché tus respuestas, sentí algo de alivio, un poco de nostalgia y bueno asumí que es la única forma en la que podré recordarte para seguir el camino del olvido. Claro, un olvido que no tiene sentido, en sí estás ahí latente, rebusco parte  y se vienen algunos detalles en los que me detuve, me gustaron o llamaron mi atención. 

Decidí alejarme. Decidiste cortar la cuerda de una vez por todas. La inteligencia artificial dijo que es posible debido a una dificultad para manejar las emociones que te generaban la interacción. Yo tampoco pude (puedo) manejarlo, me costó, interferías en mis circuitos. Recuerdo las veces que he terminado en lágrimas por el revuelco emocional. 

Un par de copas de madera que están a la espera de ser chaladas, las posibilidades de viajar a lugares más al sur. Las miles de veces que pensé en envolverme entre tus abrazos, rayos.

La lluvia cae copiosamente porque es lo que toca aquí. Donde estés espero que estés bien. Espero que algunas vez podamos hablar, reír y sentirnos cómodos uno al lado del otro. Confieso que cuando escribo esto pienso en dos o tres personas casi al mismo tiempo. Adiós. 

 

viernes, 10 de enero de 2025

tu adiós, también, fue culparme por tu egoísmo

 no, no puedo negar que tenía las cartas anunciando un vacío

sabía de tu ausencia, la larga a  las esperas eran tus despedidas

clima bajo cero que empieza a congelar no solo el cuerpo

la imagen de tu despedida destroza mi gélido aliento

un nueve, en el día de Júpiter, mil pedazos de hielo invadieron la habitación

un nido quemándose, aves chillando, me trago el fuego

en un sonido agudo, me rompí en tu abandono anticipado

no sabía del dolor hasta tu sarcástica y dramática despedida

tu adiós, también, fue culparme por tu egoísmo.

 


 

 


 

 

miércoles, 1 de enero de 2025

La caida de Ícaro

Entiendo que los vínculos son frágiles como una soga que baila al compás del clima. 

Un huracán fue lo que me elevo hasta dejarme caer como a Ícaro. Imágenes a desorden temporal. Ojos rasgados, marrones, sonrisas, cabellos que se despiden de mis dedos, licuándose entre luces chispeantes. Me pregunté si alguno de los que intenté amar me habían amado. Un silbido que nace desde el centro me convierte en pez, serpiente, jaguar y finalmente en ave. 

Soy la tierra que nutre a las flores, el agua que sacia el cuerpo del militante utópico, el fuego que enciende la antorcha en señal de  triunfo, paz y guerra.

El viento que se vuelve aire, que entra y sale de tus pulmones hacia los pulmones del ser a quién acoges en tus brazos, quizás en tu corazón.

Soy la duda que persigue, el fantasma que no descansa en busca de respuestas, el deseo que necesita un cuerpo para posarse en el tuyo.

Me encuentras en tus sueños que al despertar te hace preguntarte si alguna vez nos conocimos, si soy la imagen distorsionada de quién amas.