¿Le temes a enamorarte?
El enésimo intento de dejar la drogas legales y algunas ilegales.
Misi, misi, misi, come on, kitten.
Había perdido el toque con los pinceles, con la escritura, con la lectura, con la fotografía. Escoge izquierda o derecha. Intercaló, apostando a que algo tenía que revelarle el tarot. Sonrío pensando en la Mona Lisa.
El más joven podría hacer que te enamores, la lujuria y el deseo están en ese camino, perseverancia y mejorar la comunicación. Se asustó como todas las veces que creía haber contraído el virus del covid19. Al otro lado, está el rey de copas; busca sentirse halagado pero no entrega su corazón. Además, tiene un secreto el cual podría ser un hijo, una mujer del pasado..., no sé, ve con cuidado, y se siente limitado por tí.
Descargaba la última película que le habían compartido. El chicle ya perdía su sabor. El café más cargado que de costumbre.
¿Cuál será ese secreto? -Hola, me podrías invitar a una copa. Mejor salgamos del tedio, vayámonos de viaje. Colgó el teléfono y se echó a dormir, está vez no le interesaba contemplar el atardecer.
Un hombre riendo -aplastado ante la iglesia- miraba la plaza y volvía a reír, los cartones esparcidos no le servirían ante la lluvia, ni la noche que caía lentamente. Sintió compasión, no de ese hombre, solo sintió compasión. Llamó por teléfono, no respondieron, tampoco insistió. Se paró al costado de ese hombre por varios minutos, sacó unas monedas de su bolsillo y se las dio. Las carcajadas aumentaron.