la noche a veces le servía para incendiarse el alma
con un pachuli que humeaba la habitación
un olor viejo, familiar y algo melancólico
la noche a veces la encontraba con sus demonios
algunos que la torturaban
otros que la masturbaban con esas imagenes
el día le revelaba sus ojeras oscurisimas
sus lineas de expresión marcadas
el cuerpo envejeciendo envenenado
el día la empujaba y que aún respiraba
un gato que alimentar y acariciar
una perra a la cual mimar y pasear
No hay comentarios:
Publicar un comentario