Queremos guerra, queremos pelea y dos más por favor, que los quesos hagan su efecto. Esta noche el cuerpo es la rumba y la luna la diabla madre.
Hermanito, he tenido una visión, necesito cinco puntas para la acción estelar.
Sí, no te preocupes sacaremos la armadura de la tombería. La matiné empezará con todo, globos, payasos y algo de acción.
Caía la noche, luces apagadas, motores encendidos, el olor de la tierra nativa, las flores vibrantes que se revelaban con el pasar de las luces. Los Apus imponentes rodean y marcan el camino serpenteado. El operativo tenía que empezar. ¡Conchatumare, se están dando a la fuga !¡Dispara, mierda! ¡Pisa el acelerador!
Por favor, papá, no nos hagas nada, llévate todo, son solo 80 kilos no tenemos más, nosotros no hemos hecho nada malo ¡Cállate, conchatumare! ¿Dónde esta el dinero? Ya, ya, ya, cállate. Cuatro disparos en las llantas de la camioneta y la luna llena se esconde entre los pinos y eucaliptos. Las luces terminan de alumbrar esas ojotas trajinadoras, la colorida pollera, la cantuta que se mantiene viva atada al lazo de su sombrero de lana de oveja, las trenzas largas como serpientes que piden venganza.
¡Ñuqarayku raqranki, supay saqrakuna! ¡Policías de mierda! Se escucha un agudo grito que despide la noche e inicia la madrugada con el cielo abriéndose al sol que hará brillar a la Laguna Pacucha.
No hay comentarios:
Publicar un comentario