Te me apareciste como tantas veces en el pasado
anoche, con tu cabello largo y tu sonrisa
te miraba y te miraba
baje la mirada, recorrí lentamente
la habitación en tonos verdes oscuros y amarillos pálidos
como una flor marchita cayendo la tarde
mis pupilas se posaron en las tuyas
parpadeos de las mariposas
bajo la mirada, y te recorro suavemente
tu belleza encantadora
derramo unas lágrimas
y te digo; me marcho mi amor.
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