martes, 26 de septiembre de 2023

Péndulo

Entonces, estas segura de lo que estas ofreciendo. Es esta vida la que conozco, nada me asegura que habrá otra.

La mañana del mes sin fecha, amaneció sin voz, ella se escuchaba, pero, de su boca solo el transito del sonido del aire. Gritó y no hubo sonido. La boca abierta como la ventana que da hacia ese horizonte infinito al ojo humano.  Gritó y el silencio salio y volvió a entrar. 

Las mujeres sensuales y ritualistas danzando al compás del sonido embriagador, enamorador, ellos atentos a las señales. Me miró el cuerpo mientras bailaba, no quiso chocar sus ojos con los míos. Orbitando posibilidades, estoy celosa y no sé qué hacer. Mi risa ya no se escucha. Mi voz ya no existe. Soy una coleóptera que se crispa pero entiende y acepta que no puede hablar. 

Me llevó al lugar de donde hemos salido, le seguí con los ojos atentos, sin palabras que se hagan sonido. Estuvimos en la cueva unos segundos infinitos hasta que me dio la señal de salir, fui otra vez tras el, en silencio pero llena de todo. Desaparecimos.

Conservo el dolor, el sabor, el ardor, el candor y una lista larga de palabras que van a buscar describir en la manera justa -se que no es posible- el recuerdo sensorial y de atracción que experimentamos, esa noche, esa madrugada para ser precisos, no quería que el sol me convierta en polvo y que el viento me aleje de ti si es que aún no eres polvo como yo, para mezclarnos en el viento que esta a nuestro favor.  

Aprendió a silbar en los días siguientes, a escuchar el sonido de las aves sin voz, a reproducir su voz de otras maneras posibles. Danzar el baile de la ave que libera y compromete, es matar o morir.

Los días y las horas no importaban, una fuerte sensación de nostalgia se despedía. Impacto positivo con una empresa no precisada aún. ¿Nos conocemos de otra vida ?¿Nos querremos volver a  conocer en esta?

 



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