Cómo te digo que he caído en tu telaraña, distraída iba por la vía, acompañado del humo de la noche psicodélica, psicótica y caótica. Posaste tus manos en mis manos, tus pupilas en las mías, tus aliento en mi aliento.
Me pregunto si hoy día me dirás para escalar la noche estrellada y contar las fugaces. Dejo que tu decidas porque si es por mi, esta misma noche me escapo a tus aposentos y si la noche y la muerte esta de mi lado me entierro en tu destino y me caigo en tu lecho.
Cuál es la medida del tiempo si es que no se activa a tu encuentro. Cuerpo obsoleto, vagabundo y desierto, necesito de tu agua para florecer, necesito de tu viento para crecer, necesito de tu fuego para expandirme. Tanto lamento sin sentido, dejando mis días a la monotonía de los desencuentros. Es la Mamapacha o son los Apus los que propiciaron este encuentro, entre dos corazones de piedra.
Me repito, respira con calma y medita sobre tus próximos encuentros. Me repito, ve con calma y al son de los bajos funks o los blueses, tu cuerpo descansará entrelazado en el suyo.
Cojo tu cabello, cierro los ojos y aspiro tu olor, cierro los ojos y me siento en las nubes, es tu cabeza de agar-agar que me hace descansar, es tu corazón tibio y ardiente que me hace encender la imaginación.
El sueño se recupera y repercute en los demás días, quiero dormir y soñar a tu lado, quiero soñar y dormir a tu lado, quiero encontrar mi lugar en tu cuerpo, quiero cantar en tu voz, quiero apretarte y entrar a tu ser, quiero quererte como quieres.
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