¿Qué hubieras hecho en mi lugar? Quizás lo mismo que tú, tratar de darle pelea al designio, ese que duele cerca a la boca del estómago cuando el corazón está caliente y ha emborrachado todo el cuerpo pidiendo más calor.
Vio caer las hojas de coca y la respuesta era no, no está en tu camino, él no es para ti, pero conocerás al hombre que te demostrará devoción con el que no tendrás hijos, se quedo con un nudo en la garganta, una sensación agridulce -se tragó la sal de sus lágrimas- .
La noche ardía, irradiaba veneno desde el tobillo derecho hacia todo le cuerpo mientras se despedía -aún no precisaba de qué-. Horas antes, mientras le quemaban la piel, se había arrepentido de haber aceptado la ceremonia, se desvaneció mirando a esos inmensos eucaliptos sintiendo que la muerte se la llevaba, en un momento lo aceptó, luego, se resistió y luchó. El horizonte cobijaba al sol, mientras tiritaba de frío, sus ojos reventados y un inmenso alivio de asumirse viva.
Preguntó por la serpiente plateada que se cruzo en su camino una noche cuya fecha ya no recuerda, las hojas de coca hablaron que podría desarrollar un poder aliado a las plantas, que podría curar, que la pachamama envío tres serpientes como señal. Ella tenía una en su poder.
Era un niño cuando me cayó un rayo, estaba pasteando a mis ovejas, de un momento a otro empecé a ver como las estrellas se juntaban entre sí, que el cielo se podía mover, me asusté, le conté a mi padre -quién ya murió- me dijo que me enseñaría a usar ese poder, las hojas de coca empezaron a mostrarme futuros, pasados y presentes.
Necesitarían la media noche con luna llena para abrir el portal e iniciar el camino ¿Estás preparada para ello?
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