Como serpientes enredadas
que se quedan dormidas al sol de la tarde
envueltas en humo
rozan sus pieles
con sus cabellos entrelazados
sueñan con la calor emanada
respiran, uno al lado del otro
se despiertan
se atacan
se envenenan
y se van
envenenados uno del otro
se van, se van a sus moradas
otros aires
otros cielos
y quizás otros sueños
enroscadas, esperan
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