Toda una semana debajo de la cama, no sé si era una insecta convirtiéndose en humana. No entendía por qué su distancia y su ausencia me apretaba el pecho, me bloquea y detiene la vida. La última vez rechacé fundirme en sus pupilas, mi cobardía fue mayor o mi lucidez me hizo retroceder. No lo sé.
Mi cobardía me dio una cachetada, mi orgullo se ahogó en la lluvia inesperada de octubre. Ausencia, acostumbrarse a la ausencia, eso hace sentirme marginal, resignada y derrotada. Apesta.
Junté todas las evidencias acomodadas para seguir trepando por la soga de la esperanza. Las coloqué en mi ultima mochila viajera. Llegué a lo alto, cansada, sudando, con sed y sin hambre. Lo único que vi es mi fantasía tejida por la soledad. Prendí con dificultad el cerillo y me arrojé como un meteorito.
Pregúntame mejor
dónde no estuve:
recorrí un desierto de voces,
me hundí en salinas ciegas,
vi cómo la luna
caía en tus pupilas.
Pensé en tus ojos,
pero no me atreví a tocarlos,
como si fueran espejos de agua
que al mirarlos de frente
me quebraran en cristales.
Temo volverme sal,
columna frágil,
salar insostenible
donde nada respira
y todo se conserva.
¿Fue un sueño de ayer,
o un sueño que aún me espera?
Hoy la casualidad nos roza
como dos olas que apenas se rozan
y no saben si fundirse
o regresar solas.
No se si la sorpresa se debió a que era un par de días antes de, tres, no importa tanto.
Me gusta dormir por las tardes, después de haberme puesto el mandil. Estos dos días, hemos estado modo niño y tía, gatos y zatrix, me he despertado pensando si tenía que ir o no a recogerle al colegio, pero estaba ahí mirando reels, riéndose, comiendo despacio.
Acaricio a mi gato y reafirmo que lo mejor de llegar a los 40s es con un amor genuino de una minipanterita, sí, mientras me responde lamiéndome la cara y ronroneando al compas de mi corazón que late lento, como quien se prepara para entrar en el sueño reparador, ese que hace olvidar, que licua el tiempo, lo vuelve pasado el futuro, el presente se hace y el olvido es el olvido.
Nunca funcionan las almas gemelas, se acompañan pero son gemelas, dicen que lo que se busca es el complemento además de. Las dos únicas veces que nos hemos visto, en las despedidas, ya siendo tú partiendo o yo, el dolor de la posibilidad de no volver a verse nunca más se hacía un pequeño río en mi rostro, supongo que lo sentías y me llamabas, yo no decía nada, lo entendías, lo entendíamos, muchas veces pienso en ti, me ha pasado, he dejado pasar y ser a los que he considerado almas gemelas.
En mi esquizofrenia inducida, es como bromeamos a veces, o mejor dicho lo hacíamos, ya no habrá más bromas telefónicas. Supongo que confesar desearse como una bruja es natural, es una forma de protegerse, una forma de hacerse fuerte espiritualmente. Unas tantas formas de combinar colores, sabores, tu piel y mi piel nunca más volverán a calentarse mientras ese frío no se derrita.
Decía que me gusta pensarme como una bruja vampira, una Bene Geserrit en su máxima evolución, volviendo a los delirios, a veces pienso en ti y me preguntó si es posible comunicarme contigo usando los sueños solo que tu nunca duermes el mismo tiempo, ni las mismas horas, si estas pintando a veces ni duermes. Descarté esa posibilidad, descarté todas las posibilidades excepto la de soltar y desearte que logres tus propósitos egocéntricos, sé que trabajas en ello a pesar de todos los monstruos internos, los conozco, me conozco a través de ti.
Que la magia haga su ronroneo en cada uno de nuestros corazones, que reír siempre sea parte del menú diario como los silencios y los espacios, como las despedidas sin decirlas, pero ya presentidas y aceptadas. El futuro se volvió pasado, y el olvido es el olvido.
Como las libélulas los recuerdos y las emociones se extinguen, no lo queremos y lo último que se puede recordar es que alguna vez hubo esa chispa al caer las tardes, ya sea en el bosque, ya sea hablando en distintos territorios. Como dirían al cierre de las misas católicas cristianas; "hermanos, hermanas, démonos la paz en señal de conformidad", añado lo que mande el destino, los dioses, la suerte, lo que sea, estamos conformes, estoy conforme y que la paz sea contigo como lo es conmigo.