a pesar de que hostigo tu aire,
yo sigo respirándote
que uno tiene que morir
que seas tu, después de mí
para que sientas tu libertad
sin asfixiarte.
y el mundano tiempo
se coma mis tripas
que el canto no se pierda
por la tiranía de mis deseos.
yo sigo respirándote
que uno tiene que morir
que seas tu, después de mí
para que sientas tu libertad
sin asfixiarte.
y el mundano tiempo
se coma mis tripas
que el canto no se pierda
por la tiranía de mis deseos.
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