martes, 9 de octubre de 2018

Zatrix y yo, 365 girando al rededor del Sol

No sé por donde empezar, tenia un sin fin de  ideas que quería colocar en este texto, imágenes una tras otras, son 365 días, nuestra primera vuelta al rededor de sol, claro les hablo de mi compañera canina; Zatrix, ay la zatrix, una raza única,  tricolor, predominando el negro, luego blanco y unos puntitos amarillos, es larga y paticorta, cuando me acompaña al mercado la suelen llamar cariñosamente chapucha,   palabra en quechua que significa lanudita. Puedo recordar claramente, la forma como nos conocimos, pero antes de eso, me gustaría contarles como ya había deseado su presencia física, ja, diré pues que  desde agosto del año pasado empecé a vivir por mi cuenta, lejos del nido familiar, al principio vivía en un hospedaje, luego me cambie a un espacio más grande, en mi trabajo conocí a Olimpia, fue ella quien me presentó a Zatrix, antes de ello, como nuestro trabajo era con comunidades, estuvimos mucho tiempo juntas, desde luego me desbordaba en palabras, frases, habló mucho, y en varias oportunidades le comentaba mi deseo de adoptar una cachorrita/o, le decía cosas como ir en busca de cachorritos a las comunidades, de secuestrarlos, ja, en el peor de los casos y ella se reía, también comenté mi deseo a otros amigos. Dos días antes de conocerla, era un sábado,  fui por primera al Santuario del Ampay, junto a un amigo, la pasamos muy bacán, nos bañamos en la laguna mayor (dicen que estaba prohibido), almorzamos, me quedé dormida bajo ese sol, oh sí también mostramos nuestro respeto y amor al Apu a  través de unas ofrendas, en ese momento de ceremonia, recuerdo que pensé en que quería una perrita, así  que Zatrix apareció a primeras horas de un día lunes (fecha como hoy 9/10), en la puerta del trabajo, exactamente en las manos de Olimpia, quién me dijo; "mira amiga, aquí esta tu perro que tanto querías" y me la entregó, paso de sus manos a las mías, no podía creerlo, le dije si era en serió, me respondió que sí, que la habían dejado con una cabeza de cuye cocinada como desayuno, y la encontró llorando, la vi en bicolor, chiquita, tan linda, me alegré saber que era hembra, ya no podía con tanta felicidad, a partir de ahí empieza la aventura.

Me da risa, vergüenza, gracia y también agradecimiento, con mis ex-compañeras de trabajo, quienes han sido las más petfriendly, solidarias y tolerantes, ya que permitieron que Zatrix, mientras iba creciendo, pase las horas junto a mi, recuerdo que la llevaba en una cajita de galletas de soda, con sus latas de atún o cualquier recipiente reciclable como su plato para agua y comida, a veces ladraba, pero poco a poco fue comprendiendo que no era el lugar para hacerlo, ja, nuestra hora de almuerzo, la pasábamos en el parque, que está encima del trabajo,  ya saben cultura del taper y del termo, coincidía con la salida de las niñas de un colegio cercano, así que la hora del almuerzo era junto a las niñas que se acercaban a acariciar a Zatrix, preguntar por su nombre, por el mio, que quien era, que como me llamaba, eso al principio, luego se acercaban saludaban y se ponían a jugar con ella, había una niña en especial, llamada Sonia, que era por decirlo la Zatrixbeliver, ya que me acompañaba hasta mi oficina, luego se unieron dos niñas más, quienes le traían cajas nuevas y algunos juguetes para Zatrix. ah sí, nuestras oficinas estaban en el sótano del parque, que antes fue acondicionado para atender en stands de servicios diversos, y como pertenece a la Municipalidad, todas las mañanas se reunían ahí los y las señoras trabajadores de áreas verdes, ya conocían a Zatrix, pues ella iba a saludarlos a cada uno y luego regresaba a estar en la oficina. 

Como pueden ir imaginando, Zatrix me ha acompañado a todas partes, nos íbamos de viaje de trabajo,  no todo fue alegría, hubo momentos en que no nos dejaban subir con Zatrix, o no querían ni que sea cargada, ay, todas las veces en que nos cerraron la puerta, "disculpe, pero no se aceptan mascotas, no, aquí no esta permitido, no, no y más no", lo que me dejaba con tristeza, rabia y en sí sentimientos negativos, pero prefería seguir buscando y encontré restaurantes, cafés, bares, hospedajes y piscinas donde sí permitían el ingreso con Zatrix, lo cual nos ponía de mucha alegría.

Esta es la primera vez que convivo con una perrita tan peculiar, estamos las dos, día y noche, vamos a conocer a nuevos paisajes y territorios, juntas, se siente muy agradable, es un ser que no emite palabra alguna, pero sus ojos, su cola, sus ladridos, la forma como mueve la cabeza, los saltos que da, la mirada que planta, es tan placentero, se siente afección mutua. Hubo, momentos en que realmente me sentí hostigada por la responsabilidad y deseaba que no estuviera unas horas, quería dejar de limpiar su mierda y sus meadas, era, es, de todos los días, ya que vivo en un piso pequeño, máximo con dos espacios, ahí es donde intervenía Joshep, dándome una mano, llevándola a pasear, su familiar permitía que se quedará en su casa unas cuantas horas o un par de días, lo cual agradezco infinitamente, a las horas  empezaba a extrañarla, no ver sus ojos manipuladores, sus ganas de perseguir su cola, las veces que se pone a morder las papas, las zanahorias, los tomates y lo que encuentre a su paso, la forma como esconde el pan que le doy, sus ganas de jugar con lo que encuentre...se me vienen hermosos recuerdos junto a ella.

Pienso y siento que he aprendido a disfrutar de la compañía canina, antes eran gatos y gatas quienes  tienen su encanto, pero un can, un can es otra cosa, si alguna vez deciden vivir con la compañía de uno,  no olviden que no se compra ni se vende se adopta y especialmente a aquellos que están abandonados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario