sábado, 15 de febrero de 2020

Caliente

anoche, el aullido del perro se agudizó
no me importó callarlo, gritar más fuerte
debajo de las sábanas, el arrullo asegurado
me desnudé, apagué las luces y dormí

sentí, el calor de mi cuerpo, hábitat
las olas de sueños, que vienen y van
en algunas me detengo, saboreo y se esfuma
brumas, neblinas y garúas, me despierto

miro el techo, de un blanco pálido, desenfoco
son las tres de la mañana, me obligo a dormir
buceo en la cama, llego al sueño
te abrazó, como a la serpiente caliente que eres




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