lunes, 21 de septiembre de 2020

L-o-v-e c-o-n-f-u-s-i-ó-n!

era pasado la media noche de hoy

llamó, después de varios días, semanas quizás 

no llevo la cuenta, estaba ebrio, como yo ahora

dijo que me amaba

que llegaba al orgasmo 

pensando en mí

me reí, repitió que olía  a sexo

me volví a reír, me anestesia el dolor

lo nombre con uno diferente al suyo, se indignó

me sorprendí, me avergoncé, reí, y  colgó 

-hubiera deseado que quién me declare amor fuera el nombrado-


me escribió, adelantando las clases de instrucción de manejo

llamó para indicar que estaba cerca, que salga de mi guarida

demoré, atragantándome con los arándanos del desayuno

lo encontré envuelto  con esos colores tan bellos; morado  y celeste

le conté sobre mi accidente, se indignó primero, luego, empatizó

condujo hasta el espacio indicado, cambiamos de lugar

rozaba mis nudillos con sus dedos para ayudarme en las rutas complicadas

mientras conversábamos sobre nuestras familias 

reíamos por momentos y por otros era tensión

aborté la idea de  pedirle que me frote la espalda con una pomada

-era preferible soportar el dolor, que saber que los fines de semana eran para su novia-










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