lunes, 13 de agosto de 2012

Muñecas

Un sin fin de muchecas y muñecos
mirandome, con sus sonrisas perpetuas
con su inmutable felicidad,
con todo el odio de mi pequeño cuerpo
destrocé una a una esas eternas imagenes
sali corriendo, esforzandome por no tocar el suelo
hasta caer en los áridos paisajes
de mis inmutables días.


Fueron tantas cosas,
 abandonar el sueño  pueril
del andar incauto,
de la nostalgia de lo desconocido
ésto termino en un par de lagrimás

que me dibujan una risa
a la sorna de mi desdicha.







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